Para construir ciudades sustentables hay que compartir información”
Físico de formación, Robert Rosner desarrolla desde la Universidad y el Instituto de Política Energética de Chicago un plan para transformar a esta urbe de casi 8 millones de habitantes en una ciudad sustentable en el uso de su energía y recursos y así mejorar la calidad de vida. De esa experiencia habló en Buenos Aires.
María Gabriela Ensinck
Robert Rosner se volcó al estudio de fenómenos ambientales y sociales, como el cambio climático, la contaminación y la brecha de ingresos, a partir de su primera pasión, que es la física teórica. Como director Científico del Laboratorio Nacional Argonne de los Estados Unidos y miembro de la Sociedad Americana de Física, comenzó a investigar alternativas de energía para la movilidad sustentable. En 2010, creó el Instituto de Política Energética en la Universidad de Chicago, órgano de consulta del gobierno local para llevar adelante un programa de transformación de esta urbe industrial y una de las más contaminadas de los Estados Unidos, en una ciudad sustentable y con mejor calidad de vida.
Invitado por el Instituto para la Ciudad en Movimiento y PSA Peugeot Citroën, Rosner estuvo en Buenos Aires donde brindó una serie de conferencias sobre ciudades inteligentes y movilidad sustentable. De estos temas también habló con Economía Verde.
¿Qué hacen desde el Instituto de Política Energética para convertir a Chicago en una ciudad sustentable?
En el Instituto y en la Universidad de Chicago investigamos cómo transformar una ciudad con problemas ambientales y sociales en una ciudad sustentable. A diferencia de lo que hacen la compañías que venden soluciones tecnológicas para construir ciudades inteligentes, primero diagnosticamos los problemas y luego delineamos una solución a medida.
¿Cómo hacen el diagnóstico?
Para diagnosticar el problema, primero tenemos que juntar datos. Los datos existen, pero están distribuidos en cientos de organismos y departamentos y quienes los manejan no suelen compartirlos. Lo que hicimos entonces fue crear un portal de datos abierto donde todos los organismos e instituciones vuelcan su información. Y lo estamos logrando con bastante éxito porque hay un alto grado de involucramiento en esta iniciativa, empezando por el nuevo alcalde de la ciudad, que lo está impulsando personalmente.
¿Cuál es la ventaja de contar con datos abiertos y centralizados?
Lo bueno es que podemos tener información localizada sobre cada tema y cruzarla con datos provenientes de otras fuentes. Hoy es posible saber cuál es el grado de contaminación de un barrio o una esquina de la ciudad. Y esto se puede cruzar con los datos de salud: cuánta gente enferma hay en ese barrio o esa cuadra. La información de salud está en los hospitales y compañías de seguros médicos, y la de polución en la Agencia Ambiental. Antes no se compartían esos datos y ahora están en un mismo lugar, se pueden analizar, comparar, volcar en mapas.
¿Y cómo logran que esta información se traduzca en acciones concretas?
Le doy un par de ejemplos: La agencia que controla los buses en la ciudad instaló GPS en cada unidad. Se puede monitorear si están en movimiento, o si están atascados y entonces tienen que apagar el motor. Con esta medida se ahorran combustible y emisiones (de gases de efecto invernadero a la atmósfera) y este ahorro se puede medir en dinero.
Otro problema en nuestra ciudad son los llamados Food Deserts en los barrios de ingresos bajos donde la gente se alimenta de comida chatarra. Largas horas de trabajo, falta de mercados de frutas y verduras contribuyen a esta mala alimentación, e inciden en una mayor tasa de diabetes, obesidad y enfermedades metabólicas. Con estos datos se generó un mapa y se estableció un acuerdo con la cadena de drugstores Wallgreens, para que vendan frutas y verduras. Con esto, más una campaña de concientización sobre alimentación saludable en la que la propia Michelle Obama está embarcada, se busca revertir el problema.
¿Cree que se puede generar un proyecto similar en Buenos Aires?
Sí, estamos pensando en colaborar con la ciudad a través de ONGs como el Instituto para la Ciudad en Movimiento y universidades locales.
Chicago tiene 3 millones de habitantes, y con sus alrededores serían 8 millones. En tamaño es muy similar a Buenos Aires y comparte con ella problemas como el envejecimiento poblacional y la ampliación de la brecha de ingresos.
¿Cuál es su recomendación para hacer de Buenos Aires una ciudad más sustentable?
Bueno, ayer me enteré que las dos estaciones de energía en la ciudad funcionan con petróleo. En estados Unidos sólo se quema petróleo para producir electricidad en casos de emergencia. De todas las opciones, , es la más cara y contaminante, habiendo alternativas como las estaciones geotermales y la energía nuclear.
¿Ud. estudió Física, ¿cómo se interesó por los problemas cotidianos de las ciudades?
Una de las razones es que hacía modelos y simulaciones complejas, y los fenómenos sociales son complejos. Entonces pensé que podía predecir comportamientos sociales con estas herramientas. Eso le da más sentido a lo que hago. Puedo usar el conocimiento físico matemático para solucionar problemas de las personas.
El Cronista 120907 |